

Legado de familia.
“El legado de Monte Real sigue ampliándose”.
Blanco fresco, complejo y expresivo con volumen y estructura en boca. De color amarillo ligeramente dorado. En nariz dominan las frutas tropicales como la piña y otras cítricas como el pomelo con pequeños toques florales sobre un fondo ligeramente especiado que aporta su paso por barrica. En boca es fresco y untuoso con gran presencia de fruta complementado con tonos especiados que hace que su paso sea largo y persistente.
La fermentación se llevó a cabo en depósitos de acero inoxidable de 10.000 litros utilizando levaduras autóctonas seleccionadas previamente en dos parcelas, con el objetivo de reforzar el carácter del suelo en el vino. Los 3 meses de crianza en barricas de roble francés y tostado ligero le aportan complejidad y un final untuoso con mayor volumen en boca.
Tempranillo blanco.